La pandemia de COVID-19 marcó un antes y un después en todos los ámbitos. Se trató de una circunstancia terrible, que obligó a encontrar soluciones y aceleró el avance de la tecnología, pero aún no se aprovecha de manera efectiva, y desde Arción se proponen a cambiar eso.
Actualmente vivimos inmersos en una era donde la información y los datos nos rodean constantemente en cada una de las actividades que llevamos a cabo día a día. A raíz de la pandemia de COVID-19, esta presencia se ha intensificado exponencialmente convirtiéndose en algo habitual en todos los aspectos de nuestra vida.
Tanto en lo laboral, profesional, social, personal y en las costumbres familiares, la tecnología se ha puesto al servicio de la comunidad. Sin embargo, se ha detectado que tal avance aún no ha sido tan efectivo como debería ser y en Argentina, en particular, encontramos con que la falta de datos en el ámbito de la medicina puede costar vidas.
En la actualidad, y particularmente en nuestro país, persisten sectores que aún carecen de las herramientas tecnológicas necesarias, a pesar del gran avance que ha significado la creación de la denominada Inteligencia Artifical. Así, por ejemplo, en escenarios en los que la falta de suministros en las clínicas complica la recolección de sangre, resulta aun más urgente contar con un sistema de información centralizada que garantice conocer en dónde y en qué cantidades se encuentran los componentes que los médicos requieran ante urgencias (sangre, plaquetas, etc.).
En este sentido, desde Arción, un producto de la empresa mendocina Eisplus, especializada en Tecnologías de la Información, señalaron: “Es una realidad sorprendente. A veces resulta difícil comprender cómo, con la tecnología al alcance de la mano, existen situaciones en las que está completamente ausente”:
“Personalmente experimenté esta brecha tecnológica en una situación crítica, cuando necesitaba con urgencia conseguir donantes para un tratamiento médico crucial para mi madre. Me enfrenté a la falta de tecnología que pudiera poner a disposición de la comunidad la información necesaria para proceder.
Entonces, la propuesta de Arción fue sencilla, pero innovadora: ¿por qué no aprovechar la disponibilidad de donantes en otras ubicaciones geográficas si no podíamos conseguir la cantidad requerida localmente? La negativa inicial no disminuyó la determinación del equipo detrás de la iniciativa, sino que se convirtió en una chispa de esperanza.
Como profesional del área de tecnología de la información, entendí la necesidad en juego y decidí embarcarme en un proyecto que busca cambiar paradigmas. La iniciativa no solo busca implementar tecnología en un contexto donde aún es escasa, sino que también busca ponerla al servicio de la comunidad de manera práctica y significativa”, aclaró la Directora de Arción.
Este ejemplo personal ilustra cómo la tecnología, respaldada por áreas como big data, analítica de datos, machine learning y ciencia de datos, puede llenar vacíos sociales y satisfacer necesidades urgentes. La capacidad de conectar comunidades y optimizar procesos mediante la tecnología es evidente, y es crucial reconocer y abordar las disparidades para construir un futuro donde la innovación y la inclusión vayan de la mano.